Para el logro de los propósitos del curso es necesario que el profesor y los estudiantes establezcan
un clima adecuado para el estudio, la reflexión y la discusión; lo cual, a su vez, requiere: lectura
analítica de los textos legales y ensayos explicativos; referencias constantes a la realidad educativa
y una actitud inquisitiva y dispuesta al libre examen. De este modo es posible evitar el riesgo de que
el estudio de los contenidos del curso se realice en forma superficial y con una orientación
memorística.
Con el propósito de ayudar a mejorar las formas de enseñanza y las estrategias de aprendizaje,
enseguida se enuncia un conjunto de orientaciones didácticas que conviene tomar en cuenta tanto al
planificar el desarrollo del curso como en el tratamiento de los contenidos de cada bloque temático:
1. Los contenidos del curso incluyen elementos de carácter filosófico, legal y organizativo cuyo
conocimiento es fundamental para que los estudiantes normalistas distingan las características de su futuro campo de trabajo e identifiquen las finalidades, los derechos y las responsabilidades que la legislación educativa establece para la labor docente. Es decir, aunque algunos de los contenidos del curso se relacionen con la filosofía de la educación, la legislación o la administración educativa, no se trata de estudiar específicamente alguna de estas disciplinas; por esta razón, es indispensable que las actividades -en el aula y fuera de ella- se orienten siempre hacia la comprensión de las características del sistema educativo mexicano, sus componentes y sus implicaciones en la práctica educativa. Tener presente esta recomendación -que puede parecer reiterativaayudará a evitar que el curso se concentre
exclusivamente en alguno de los contenidos, según la formación o experiencia profesional de los profesores que imparten la asignatura.
2. Antes de iniciar el curso y el desarrollo de los temas de cada bloque, conviene que los estudiantes expresen sus conocimientos previos en relación con los conceptos, principios o normas que son objeto de estudio. Esta acción permite a los estudiantes percatarse de lo que saben, de los fundamentos de sus opiniones y, de algún modo, de los retos que enfrentan para adquirir nuevos conocimientos o mejorar sus habilidades; esta información puede ser aprovechada por el profesor para diseñar estrategias didácticas más adecuadas a la situación del grupo. En este curso es particularmente importante provocar la reflexión a partir de preguntas acerca de los fundamentos del sistema o de la política educativa: ¿por qué la educación es, al mismo tiempo, un derecho y una obligación?, ¿cómo puede influir la federalización educativa en una mayor participación social en la educación?, ¿por qué es necesaria la existencia de programas compensatorios?
3. El estudio de las normas que son objeto del curso, en gran parte adquiere sentido si se analizan sus fundamentos, las relaciones que existen entre ordenamientos de distinta jerarquía, su observancia en las prácticas educativas concretas, así como los argumentos que los explican o cuestionan. Por esta razón -además de los artículos constitucionales, de la Ley General de Educación y de las leyes estatales respectivas- en la bibliografía de cada bloque se incluyen textos que permiten conocer interpretaciones diversas acerca del significado de las disposiciones legales, sus orígenes o implicaciones; la lectura atenta de estos textos contribuirá a que los estudiantes amplíen sus conocimientos y, por tanto, tengan mayores elementos para formarse juicios propios y fundamentados.
Los estudiantes y los maestros podrán consultar algunos de los documentos propuestos para el estudio de la asignatura a través de internet, aunque estos materiales existan en las bibliotecas de las escuelas normales. En la bibliografía básica o complementaria aparece indicada la dirección electrónica donde se podrá realizar la consulta.
4. Un recurso útil para que la lectura de los textos se realice con objetivos precisos y para
estimular el debate en el grupo es el planteamiento de problemas o preguntas cuya respuesta exija utilizar creativamente los conocimientos que se poseen, relacionar información de diversas fuentes y construir argumentos nuevos. Al respecto, en cada bloque se incluyen algunas preguntas que se consideran centrales para el análisis de los temas; seguramente, en el transcurso de las clases, tanto el profesor como los estudiantes plantearán nuevas preguntas que permitirán profundizar la reflexión. Otra posibilidad es encontrar la solución, apegada a la ley, para situaciones conflictivas reales relacionadas con las facultades, los derechos y obligaciones de profesores, autoridades y padres de familia. Ejemplos: a) un alumno es dado de baja porque es muy indisciplinado, su madre protesta, pero el maestro se niega a reincorporarlo. ¿Qué harías si tú fueras la autoridad que debe atender el caso?; b) la asamblea de padres de familia y la dirección de la escuela acuerdan suspender a los alumnos cuyos padres no paguen la cuota anual. ¿Este acuerdo es procedente? ¿Por qué?; y c) los
habitantes de una comunidad solicitan el servicio de educación secundaria. ¿A quién corresponde atender la solicitud? ¿A qué autoridades podrían recurrir si la respuesta fuera negativa?
5. La referencia constante a la realidad educativa es indispensable para evitar un tratamiento formalista de los principios y normas que se estudian en el curso. Por ello, en esta asignatura es particularmente importante aprovechar las reflexiones, conclusiones y actividades de otros cursos que se imparten en el primer semestre. El estudio de temas como el acceso y la permanencia de los niños en la escuela o los programas compensatorios, que corresponden a Problemas y Políticas de la Educación Básica, pueden aprovecharse para reconocer, por ejemplo, cómo se concretan el derecho a la educación y el principio de equidad educativa. El estudio de conceptos como necesidades básicas de aprendizaje y contenidos básicos, así como la revisión del plan y programas de estudio, que se realizan en Propósitos y Contenidos de la Educación Básica, son referentes para reconocer cómo se expresa el carácter nacional de la educación. Asimismo, durante las visitas que realizan en el curso Escuela y Contexto Social, los estudiantes podrán identificar algunas características del funcionamiento real de las escuelas y, probablemente, observarán situaciones conflictivas, para cuya solución se requiere el conocimiento de la ley, o comprobarán la vigencia de los principios en la práctica educativa cotidiana.
6. El conocimiento de las bases y características de otros sistemas educativos es una vía para comprender que éstas son producto de la historia particular de cada país, y que, por lo tanto, no son inamovibles. El programa reserva el bloque IV para este tipo de ejercicios; sin embargo, si los profesores y estudiantes lo consideran conveniente, los ejercicios comparativos pueden realizarse al estudiar los temas de los bloques anteriores.
7. La organización de debates o mesas redondas, entre los alumnos de un grupo o de todos los del primer semestre, es un ejercicio que suele tener impacto formativo duradero en los estudiantes, pues exige la construcción y exposición de argumentos precisos, un manejo ágil de la información y una gran capacidad de análisis de los argumentos de los demás participantes. La elaboración individual de textos diversos -resúmenes, ensayos- es también una actividad que debe favorecerse de manera sistemática. Es importante recordar que todas las actividades escolares deben contribuir a la formación de este tipo de habilidades intelectuales que son indispensables para el ejercicio de la docencia en la educación secundaria.
8. Para precisar los criterios y procedimientos que permiten evaluar los logros y las dificultades
de los estudiantes, se deben tomar en cuenta los rasgos deseables que propone el plan de estudios para el futuro maestro, los propósitos de cada bloque y del curso, así como el tipo de actividades desarrolladas para el análisis de los temas.
Además de verificar el logro de los propósitos del curso, la información obtenida durante el proceso de evaluación permite valorar la eficacia de la actividad docente, las estrategias de enseñanza y los recursos empleados en el aula. Esta valoración es la base para reorientar las formas de trabajo de acuerdo con los avances individuales y del grupo; por ello, es importante que la evaluación no se realice sólo al final del curso, ni exclusivamente para asignar calificaciones. A continuación se sugieren algunos aspectos para evaluar el logro de los propósitos del curso, además de los que definan el profesor y los estudiantes:
a) El conocimiento de los componentes del sistema educativo mexicano, de las relaciones que existen entre ellos y de sus implicaciones en la práctica educativa y en el trabajo docente cotidiano.
b) La comprensión de los conceptos básicos, como laicismo, gratuidad, obligatoriedad, federalismo educativo, entre otros.
c) Las habilidades para la lectura, selección y uso de información que los estudiantes muestren,
tanto al redactar ensayos y otros escritos, como al participar en los debates.
d) La colaboración y el compromiso que los estudiantes manifiesten durante el desarrollo del
curso.